Elaborado por: Luciana Quiroga con colaboración de Eduardo Chamorro (guardaparques de la Reserva Natural Caverna de las Brujas).
Fotos de: Luciana Quiroga

Formación de la Caverna

La formación de la Caverna ha sido explicada como producto de la circulación de corrientes de aguas subterráneas. Durante el levantamiento de la cordillera durante el período Terciario, toda la región se vio modificada, quedando la roca caliza en posición casi vertical y sumamente fisurada. A finales del último período glacial, se habría producido una gran infiltración de agua favorecida por la alta cantidad de nieve y hielo existente (mucho mayor que la que precipita actualmente), favoreciendo la ampliación de pasadizos y la formación de los espeleotemas.
Los estudios arqueológicos realizados hasta el momento indicarían que la caverna habría sido utilizada por pobladores nativos, para diferentes rituales o refugio temporario.

Circuito Turístico

La Caverna presenta tres niveles de corredores principales: En el primero, o intermedio, se encuentra el recorrido turístico, que se extiende casi horizontalmente con respecto a la entrada y por espacio de 170m.
El segundo nivel o nivel alto, se desarrolla en forma casi horizontal pero 20m por sobre el primero y el tercero constituido por pasadizos que descienden a 20m por debajo del primero.
Se aclara que existen otros sectores no cartografiados por resultar prácticamente intransitables debido a su estrechez o por estar obstruidos.
El Circuito Turístico (nivel intermedio), comienza en la misma entrada de la caverna. A los pocos metros de haber ingresado, se arriba a la gran Sala de la Virgen que posee un ancho de 28m por 17m de alto y 30m de longitud. Su denominación se debe a una estalagmita que semeja la forma de esa santa imagen.
Abandonando esta primera sala, se ingresa a una estrecha gatera, que luego de un corto descenso, comienza ascender hasta llega a la Sala de los Derrumbes previo recorrer el Paso de la Monja y la Garganta del Diablo a través de una diaclasa vertical con bloques aprisionados y eflorescencias en paredes. Los bloques presentan coladas y se observa una columna estalactítica seca. Hay algo de goteo y se aprecian estalactitas cortadas.
La Sala de los Derrumbes, como su nombre lo indica, se trata de un espacio sembrado de caos de bloques, todos de considerable volumen. Los bloques están “encajados” en diaclasas verticales sobre los cuales se han formado algunas estalagmitas.
En este punto, el recorrido se divide en dos corredores, siendo el de la derecha, el que conduce a la Sala de la Estalagmita Gigante, previo paso por un punto clave de la caverna llamado Boca del Tiburón.
La Sala de la Estalagmita Gigante, llamada así por la presencia de una estalagmita de 1,58m de alto y 1,26m de ancho, es sumamente bella, ya que junto a esta forma pavimentaria, se hallan otras de no menor atractivo, como macizos estalagmíticos y grandes estalactitas.
También se encuentran bloques caídos con pequeños corales en su superficie. En su techo se observa una diaclasa vertical con estalactitas de gran tamaño, algunas degradadas. Otros espeleotemas visibles en este punto son coladas y cortinas que generan una catarata de acreciones en las paredes.
Luego de trasponerla, se llega a la Sala de los Encuentros, caracterizada por bloques derrumbados de gran calibre con corales en superficie, columnas estalagmíticas y estactíticas, estalactitas en el techo y en las paredes cortinas, coladas con microgours de interesantes dimensiones y elevada cantidad de arcilla y eflorescencias. Siendo esta sala la última del circuito.

Clima Externo

El clima de la zona, según datos del Servicio Metereológico Nacional en su estación Bardas Blancas para el periodo 1961-1968, se caracteriza por una temperatura media anual de 11,9°C, con una máxima absoluta en el mes de Diciembre de 36,5°C y mínima absoluta de -14,6°C en Agosto.
La humedad relativa del ambiente es baja, sólo del 48% con precipitaciones de 300mm al año, no contándose con datos de presión atmosférica y heliofanía. El viento presenta una dirección predominante del suroeste por estar bajo la influencia del Anticiclón del Pacífico, siendo su velocidad media de 8km/h, a veces incrementada por la presencia de vientos Zondas (Föhen), provenientes del oeste con ráfagas, en ocasiones, superiores a 100km/h, que favorece un notable incremento en las condiciones de sequedad ambiental.
El área se ubica entre dos regiones morfoclimáticas bien definidas (Capitanelli 1966): la de la Cordillera del Límite dominada por masas del Pacífico, con precipitaciones nivales durante el invierno al occidente y la de Payunia, al este, con predominio de aire del Pacífico, con precipitaciones pluviales de verano y de nieve en la estación fría.
El sector comparte características de ambas, con precipitaciones invernales níveas y pluviales durante los estíos, a veces de carácter torrencial con granizo. Los vientos dominantes soplan del oeste, los veranos son templados con noches frescas e inviernos rigurosos. Las heladas son posibles durante todos los meses, aunque raras en Enero y Febrero.

Evolución Geomorfológica de la Caverna de las Brujas

En el desarrollo de la Caverna de las Brujas es posible diferenciar una etapa de circulación freática inicial y otra vadosa posterior. Durante la etapa freática se desarrollan galerías con secciones circulares y cúpulas en los techos. Las calizas de La Manga, de edad Jurásico, constituyen un acuífero confinado por materiales más impermeables suprayecentes del Grupo Mendoza y evaporíticos de las Fms. Auquilco y Huitrin. La circulación forzada se produce aprovechando preferente la estructura sinclinal con niveles de base altos. Posteriormente se produce la transición a condiciones vadosas como consecuencia del encajamiento progresivo de los niveles de base controlado por la elevación isostática importante de la Cordillera Principal. El encajamiento de la red de drenaje desencadena el desmantelamiento gradual de las formaciones litológicas suprayacentes. La circulación vadosa conlleva una modificación de las morfologías erosivas vadosas y favorece el desarrollo espelotémico.
Los primeros depósitos (76500 años antes del presente AP) están representados por costras de yeso de espesor decimétrico bien desarrolladas en las algunas salas inferiores (Madre y Libro). La señal isotópica del S(d34 S CDT=9,6%0), indica un origen relacionado con la disolución de evaporitas mesozoicas suprayacentes (Fm. Auquilco y Huitrin) y la oxidación de piritas contenidas en las calizas de la propia Fm. La Manga. Las costras de yeso presentan texturas primarias que indican una precipitación a partir de flujos poco importantes de agua algo sulfatada que circula sobre la superficie de la roca soporte. El mecanismo de precipitación es la evaporación, con humedad relativa baja en el interior de la caverna, y condiciones generales externas áridas y frías (estadio isotópico de oxígeno 4).
Progresivamente se produce la exposición de las calizas de la Fm. La Manga. En una etapa más húmeda y cálida sobre el macizo calcáreo se produce el desarrollo de suelos que soportan una vegetación herbácea (vegetación tipo C-4) predominantemente, tal y como indica la señal isotópica de la calcita (d13 C= -3 a -5 %0 y d18 O= -9 a -11%0). El CO2 biogénico aportado incrementa la agresividad del agua infiltrada y como consecuencia desencadena en salas y galerías el desarrollo de diferentes tipos de espeleotemas (estalagmitas y estalactitas principalmente). El mecanismo de precipitación de la calcita es la desgasificación y se produce en condiciones de equilibrio. Las fábricas resultantes son columnares y fibrosas que crecen durante períodos de humedad permanente y condiciones de saturación Este es el estadio espeleotémico más importante y se prolonga desde 67000 a 35000 años AP. A escala global este período coincide con el estadío isotópico 3 de características cálidas y húmedas y a escala regional este período se correlaciona con el Último Período Interestadial.
La detención del desarrollo espeleotémico tiene lugar cuando las condiciones climáticas son más frías en relación con el Último Estadío Glaciar (30-14000 años AP) en la parte meridional de la Cordillera de Los Andes. En el sector de estudio aparecen diferentes morfologías (protalus rampart y nichos de nivación) que parecen relacionarse con esta etapa fría. Acumulaciones de estalactitas rotas de 76000 años AP de edad que aparecen en la base de algunas galerías pueden estar relacionadas con actividad neosismotectónica regional.
Una nueva etapa de desarrollo espeleotémico, menos importante, y representada principalmente por crecimientos excéntricos (coraliformes) y algunas cortinas que tapizan paredes de galerías y espeleotemas previos. Cronológicamente parece tener lugar durante las primeras fases del Holoceno bajo condiciones cálidas y algo húmedas, si bien las series de U/Th no han aportado edades radiométricas. Durante esta etapa el depósito de los espeleotemas esta influenciado fuertemente por la evaporación, de manera que la precipitación de la calcita se produce en condiciones de desequilibrio. Las fábricas resultantes son dentrítica, microesparítica y travertínica que se desarrollan bajo condiciones de sobresaturación, régimen de flujo bajo o descarga de agua variable.
Durante etapas de mayor aridez del Holoceno tiene lugar el desarrollo de las bolas de yeso en paredes y techos de salas y galerías. Su origen se relaciona con el flujo capilar de agua sulfatada procedente de la disolución de las costras de yeso a través de discontinuidades en la roca soporte. Esta agua accede al ambiente subaéreo seco de las galerías y deposita por evaporación el yeso solubilizado. Evidencias micromorfológicas indican que varios ciclos de disolución-precipitación se producen en la evolución de las bolas de yeso. La señal isotópica del S de las bolas de yeso (d34 S CDT= 5,6%0) indica la necesidad de un fraccionamiento en los mecanismos de disolución-precipitación y/o una mezcla con otra tipo de S que puede ser emitido a la atmósfera en erupciones volcánicas. Estas erupciones han sido frecuentes durante todo el Holoceno y en tiempos históricos en áreas próximas (La Payunia) tal y como demuestran diferentes dataciones de lapillis y cenizas introducidas por procesos eólicos y gravitacionales en la cueva.
Durante tiempos recientes y actuales se desarrolla un edificio travertíncio meteógeno de surgencia en la Cañada de Leiva, relacionado con puntos de descarga del sistema kárstico. En la actualidad, bajo condiciones de aridez y sequedad, la actividad hidrológica dentro de cueva es muy limitada. Circula agua bicarbonatada-sulfatada cálcica, sobre todo en épocas de fusión de nieve que provoca en el exterior del macizo calcáreo diferentes tipos de lapiaces.
Las diferentes evidencias morfogenéticas y espeleogenéticas (mineralógicas, isotópicas y radiométricas) analizadas indican que la Caverna de las Brujas tiene un origen meteógeno descendente. La evolución de la cueva a lo largo del Pleistoceno superior-Holoceno está controlada por cambios climáticos, en un ambiente semiárido, en el que los procesos de evaporación tiene lugar en un contexto tectónico y volcánico de gran actividad.
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